29.1.05

no olvides lavarte detrás de las orejas

"no soy nada, nunca seré nada, no puedo querer ser nada.
aparte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo" (fernando pessoa).
dicho lo cual, y en el mismo momento de decirlo, claudico.
tenéis razón: me está volviendo a crecer la adolescencia,
en un bulto detrás de la oreja izquierda, que es donde a mí me suele crecer todo
(si obviamos la zona de cadera y alrededores). y por eso me enfado con el mundo, que se olvida de mí porque sólo se acuerda de mi futuro. soy una en potencia, dicen, y una será maravillosa.
a modo de complemento, me está también volviendo a crecer el autismo, pero como es una actitud más moderna, está deslocalizado: actualmente soy una superheroína que puede crear campos de fuerza que repelen las relaciones sociales con sólo encoger los hombros.
concluyo que me diluyo en la narración ajena, sin ganas de hacer nada para evitarlo.

28.1.05

desidia es nombre de tango

y yo no sé bailar.
o a lo mejor es que es un pasodoble y yo no pillo el ritmo,
que es una cosa que me pasa muy a menudo.
el caso es que he incorporado la palabra a mi vocabulario,
y se me ha hecho imprescindible, aún sin tener excesivamente claro lo que significa.
que todos los días son lunes, y todos los lunes son como un domingo con obligaciones.
y yo no sé bailar, pero nací con talento para la hibernación.

27.1.05

la serialidad de mi carencia de seriedad

me habia propuesto firmemente salir de mí misma un rato y dejar de tomarme en serio.
pero he descubierto que soy la única que lo hace, así que voy a seguir permitiéndomelo.
y es así como una se construye a sí misma, siempre a partir de como la destruyen los demás.
y si mi futuro me persigue, no tengo la culpa: no sé conjugarme en ese tiempo.
y nieztsche ha entrado en mi vida en mal momento, demasiado tarde para no caerme bien.
es una cosa que una debería aprender, ahora que la puntualidad se usa poco.

26.1.05

estrategia de la mosca (o como el paso de cebra es un moviento de ajedrez)

esto podría ser una definición propia sistematizada.
podría ir anotando una característica mía al día, para al releerme tener un inventario aproximado de mí misma, y encontrarme al fin con que soy una, y soy de una manera.
pero no.
porque soy poco sistemática, dispersa si me remito a mis propias palabras.
tiene que ver con mi peatonalidad genética, convicta y adicta.
siempre voy andando, he llegado a desarrollar aversión a los vehículos de ruedas como medio de transporte (aunque disfruto del rol de copiloto como momento de creación narrativa).
y pasa que cuando haces demasiadas veces un camino te lo sabes de memoria y controlas tú a los semáforos. acabas siendo más rápido que todos. que tú mismo. aunque no puedas describir los atajos.
y he andado tantas veces por encima de mí, me he recorrido verbalmente tantas veces que siempre me salto pasos, para no aburrime y para no saber nunca dónde estoy.

24.1.05

alguien me ha robado mi pronombre

ser una resulta ser una cosa difícil.
por si fuera poco el tratarse de una tarea indeterminada,
la inercia hace que una siempre tienda a diminuta. y diminuta se quede seca.
agrava la dificultad mi mala costumbre de narrarme en tercera persona,
que acaba por convertirme en la otra para poder ser una.
que alguien informe a marx que es la conjugación, y no el trabajo, lo que resulta alienante para el individuo.
y a pesar de todo soy una, indefinida y redundante.

22.1.05

historia de una gallina que se convirtió en huevo

érase que se era una vez una gallina que no sabía qué quería, así que se afeitó las plumas, se acurrucó en un rincón y se dejó crecer la cáscara. y se hizo huevo. e inmediatamente supo que había nacido para ser tortilla.
quisiera decir que es mi caso. que una es, y no parece, un huevo. alguien ensimismado únicamente en su existencia.
pero creo que no es cierto. creo que ultimamente me están creciendo pinchos. aún no sé si para protegerme a mí del mundo o para proteger al mundo de mí.
así que soy más bien un acerico en revolución, sin que sepa muy bien que significa tal condición.

21.1.05

una por una es una

creo que me tomo a una demasiado en serio.
o que ella me toma demasiado en serio a mí.
aunque lo único que puedo afirmar es que una es dispersa e inconstante.
por eso puede ser dos y por eso es una impostora.
por eso puede comerse el mundo cada vez que se le olvida que es una cobarde, y sólo hasta que se le olvida que puede comerse el mundo.
así que me reviso, una a una todas las unas que he sido, y siempre me encuentro a una una que se ha olvidado de que era una. o que es una porque quería ser una y ya no sabe lo que quiere.
y es que una es, ante todo, una estudiante, que sabe hacer exámenes pero nunca sabe nada.

19.1.05

la enfermedad hace al monje

hay elementos no voluntarios que acaban formando parte de una hasta definirla.
léase el dolor de cabeza. como el estuche del que hablaba ayer, lleva conmigo mucho tiempo, sin haberlo pretendido. por lo que puedo tener claro que una es alguien a quien le duele con frecuencia la cabeza.
creo que por eso tengo miedo del médico: quizá dejase de ser una si no me doliese la cabeza.
ya sé que la evolución no implica necesariamente negación de la fase anterior (aunque no sé en que me baso para afirmarlo), pero mi dolor de cabeza me resume tan bien que prescindir de él podría suponer ser siempre extensa y definitoriamente inabarcable.
y es una idea que me produce inmensa pereza (ahora que una empezaba a ser limitada por sus carencias y pertenencias).
a la par que intenso dolor de cabeza.

18.1.05

tengo, tengo, tengo

y en un sentido poco capitalista del término,
sin que me pese, debo afirmar que una es lo que una tiene.
como el estuche donde guarda las plumas que lleva con ella desde octavo de egb, sin habérselo propuesto. una es más ese estuche que muchas otras cosas.
y las cosas que ha perdido por el camino, son cosas que ya no es (integrables por tanto como carencia en su existencia).
una se convierte así en alguien menos verbal de lo que le gustaría -a no ser que pueda tener su propia narración, posesión que debe ganarle a sus trasuntas ficticias- que se parece bastante a un programa televisivo de zapping, donde todo está fuera de contexto.
o a una colcha de patchwork hecha de restos, en que los colores no acaban de combinar.
¡a la existencia por la yuxtaposición!

17.1.05

técnicas publicitarias

y a falta de un público objetivo al que dirigirse, resulta difícil definir el producto.
así que creo haber anulado al público objetivo para permitirme escribirme de manera que ni yo misma me leería.
una tiene esas cosas: sólo sabe que quiere ser una, y se esfuerza en ello a pesar de no saber en que consiste.
supone que la primera tortilla también era inconsciente de su naturaleza alimenticia y ello no le impidió ser tortilla. aunque duda de que la primera tortilla odiase el huevo.

16.1.05

la capacidad de almacenamiento es un bien de lujo

carezco de memoria emocional.
preocupantemente.
lo que significa que siempre estreno emociones, especialmente las negativas.
y por eso soy incapaz de compararlas con mis anteriores emociones,
como -licencia de metáfora que traspasa la autocensura estilísitca- si quisiese saber si las manzanas del verano pasado estaban más ricas que las de este año pero fuese imposible proque las del año pasado ya me las hubiese comido.
introduzco así otro elemento significativo de propia autoignorncia: el desconocimiento total de mi frecuencia emocional, hecho que me impide saber de qué humor me toca según mi propio ritmo estar en cada momento.
perdón por el desorden.
es todo lo que puedo decir.

15.1.05

cuarto y mitad de mi existencia

estoy en conflicto armado con mi carnet de identidad.
me llama por el nombre pero me ubica fuera de mí.
habla de otra que no sé si soy.
pues si soy una (que no soy), no puedo ser dos, puede que para nunca.
y si no soy dos, tengo que ser una que no soy.
así las cosas, apelo al ministerio que me otorgue algún límite,
pues sólo la restricción genera creatividad identitaria, espero.

13.1.05

cotejando las piezas dentales

tradicionalmente he defendido que una sólo se podía definir por oposición,
como lo hacen las palabras.
ahora mismo, en teoría, tendría que decir que no soy otra.
pero no puedo asegurarlo, porque he descubierto que me parezco todavía mucho a la quinta hija del capitán, aunque no soy lo suficientemente verbal para ser ella (y ni siquiera pienso mencionar las secuelas de mi anterior diminutez).
y lo peor no es que no pueda segurar que no soy otra,
lo que me hace suponer que tampoco soy una.
lo malo es que así resulta imposible decidir quién quiero ser,
lo que determina una constante transitoriedad.
a velas vir, vaya, pero con manchas en el catalejo.

11.1.05

ligeros síntomas de sinonimia y poliglosia

he decidido que es mentira que sea la quinta hija del capitán.
lo fui hace mucho, cuando la poeta analfabeta me musificaba.
ahora soy un pronombre indeterminado, soy una.
no sé una qué, aunque pueda agradecer a la gramática la certeza de mi género.
y a la ortografía el saberme no discípula de atila.
aunque puestos a pedir, una preferiría cierta certeza semántica.
habrá que llamar a la academia, a ver si me ayudan.
incluso pensé cambiarme de idioma, en esta mi búsqueda de identidad,
pero me pareció poco honesto ser un barbarismo,
y suficiente tengo con mi propia conciencia para sumarle una ajena.

10.1.05

a la búsqueda de un ombligo propio

antes era diminuta y por eso no uso mayúsculas.
ahora soy la quinta hija del capitán, porque valle-inclán y pushkin me escribieron antes,
y no puedo obviar a las otras dos hijas de mi padre.
y en este estado de indeterminación en el que me hallo, cual gato de Schröedinger, no creo que me quede más remedio que escribirme si quiero ser algo,
pues de tan diminuta como fui ni yo misma me veía.
así las cosas, me rompo una botella en la cabeza, por aquello de las herencias ficticias, y me doy por inaugurada.